domingo, abril 11, 2010

La teoría sobre la Teoría, del Caos

Una Teoría es aquello que supone que la realidad, tal y como la conoces, no existe.

Hoy desperté con la teoría de que había dejado el papelito de la cita con el urólogo en el librero del comedor, porque tengo la teoría de que mañana a las 8:30 hrs tengo que estar en el ambulatorio para que el buen Salvador (así se llama mi Urólogo, lo cual que me da mucha confianza, aunque sea por mera sugestión) revise las últimas ecografías donde aparecen, muy monas posando para la foto, cuatro piedritas, calculitos renales de ácido úrico, repartidas de dos en dos en cada riñón.

Pero sólo son teorías. El papelito no está ahí, y eso provocó que tampoco esté seguro de que la cita sea mañana. Tales acontecimientos están provocando una crisis de magnitudes inimaginables, porque como son acerca de las teorías, y las teorías son esas cosas que tenemos en la cabeza para demostrar que la realidad es muchísimo más compleja de lo que parece. Estoy llegando a pensar que los cálculos no existen, y que mis riñones tampoco.

Hasta hace un par de días, el viernes a medio día para ser exactos, estaba seguro de que tenía en el banco cierta cantidad de dinero ahorrado, justo para vivir un par de meses cómodamente en la encarecida Barcelona. Viernes santo, todo cerrado, menos el cajero. Yo iluso o distraído o lo que fuera pensaba ir al super a comprar champiñones para ponerle a la salsa de la pasta que pensábamos comer Annita y yo. La verdad es que no frecuento los champiñones, pero a la Nina se le ocurrió y no vi mayor problema. Salí de trabajar a mediodía, si, de trabajar en viernes santo, me fui en metro para pasar al cajero y sacar efectivo para poder comprar los champiñones. Saqué 20 euros y al final de la operación el cajero me decía que el saldo de mi cuenta era de 19 euros………. Verifiqué y si. Dos días antes, alguien sacó todo el dinero de mi cuenta y me dejó literalmente, con menos de 20 euros. Estuvimos toda la tarde investigando, llamando al banco, haciendo declaraciones en la policía. Al final del día tenía 50 teorías de lo que nos habían hecho, y sólo 19 euros. El supermercado, obviamente, ese día estaba cerrado. Desde entonces, las teorías empezaron a deformar la realidad.

Hace unos 15 años, más o menos, un día, viernes santo, estaba yo en casa de mi tía Cristy y, aunque no me acuerdo que hacía yo ahí, recuerdo perfectamente que llovía, y que mi tía me dijo que siempre llueve en viernes santo. Y cada año me acuerdo porque cada año, llueve. Excepto este año. Después de un largo y crudo invierno, el sol empieza a salir. Y el viernes no había ni una sola nube. La verdad es que este año, con lo de los 19 euros, ni me acordé de que tenía que llover. Aterrador.

El buen Ademir, a quien Teresita llama Vladimir, tuvo a bien pedirle a los santos reyes este año el Rock Band para la nintendo, y que supongo (osea que tengo la teoría y por lo tanto puede ser que la realidad… ya saben) supongo que se portó bien todo el año porque se la trajeron. Guitarra, bajo, batería, micrófono y el proyector del Artur en la sala de Gaby Valencia. Se me metió el gusanito. Regresando a Barcelona, el buen Uri Borrás, líder de Galactus (no me había dado cuenta de lo imponente que suena eso, aunque sea sólo el nombre de su grupo de música), nacido en lo que fuera Égara en tiempos de los romanos, escritor nato y amigo entrañable, me prestó el Guitar Hero para la PS2. Estuve un par de semanas obsesionado. El Uri me había dejado el GH2, y yo compré el GH3. Pero no tuve suficiente, y fui y me compré la Wii con el GH World Tour. Vaya tarado. La cuestión es que el World Tour tiene 3 rolas de Tool, que como muchos saben, hace más de 10 años que no pasa un día sin que los escuche. Más que un fan. Por supuesto la primer misión del juego era conseguir las tres rolas de Tool, bloqueadas hasta que no tocaras no se cuantas rolas más. En 2 días ya las tenía. Guitarra y bajo en nivel medio, y la batería en nivel difícil. Hace ya más de 3 años que no toco en un grupo y que ni siquiera tengo batería. Estoy poseído por el mendigo jueguito y las tres rolas.

De Tool no hablaré mucho porque ahí si me clavo gacho, de por sí. Lo que si quiero contar es que hace unos meses, en octubre que fuimos el Sansans y yo a Los Angeles para lo de las pruebas de laboratorio pa la peli, el viaje donde me encerraron en el secondary inspection (en mi blog está la reseña), ahí tuve un encuentro cercano del tercer tipo con Tool. Sus videos son todos de animación, espectaculares, coordinados por Adam Jones, el guitarrista que por otra parte, trabaja en efectos visuales de cine (http://es.wikipedia.org/wiki/Adam_Jones ). No soy de los fans que ponen fotos del grupo, prefiero escucharlos, y en sus conciertos, he ido a 2, siempre están a contraluz, pero les reconozco las caras. Total que iba con Sansans paseando por Santa Mónica cuando ví una tienda de Skates, y yo estaba buscando una reedición de la Mike Vallely de Powell Peralta de 1988, aquella que tanta felicidad me trajo en su tiempo. Llegamos a Css, o algo así se llamaba la tienda, y justo en la entrada salió una pareja. En ella no me fijé, pero en el hombre si, y en un principio pensé que era Dean DeLeo, guitarrista de los Stone Temple Pilots, pero como ni me gustaban tanto no lo pelé mucho, pero me llamaron mucho la atención sus ojeras, aunque mi cabeza estaba en el dibujo del elefante de la tabla Mike V. Entré a la tienda y un morrito pocho chicano o lo que fuera me dijo que no la tenían, y en ese momento me dí cuenta de que no era Dean DeLeo, sino que me había cruzado, en la puerta de la tienda, con Adam Jones. Dean y Adam se parecen un montón, pero los diferencian las enormes ojeras de Adam. Ni una foto ni nada me tomé con el. Por lo menos encontré la tabla en otra tienda en Subset Boulevard y la tengo ahora colgada en el comedor de mi casa, en el lugar donde no encuentro la cita para el urólogo. Lo del encuentro con Adam se convirtió también, en una teoría que me estuvo dando vueltas pensando en que, sugestionandome, pensaba que era DeLeo. El poder de la mente.

La semana pasada me llamaron de la cafetera, el bar donde trabajé hasta antes de irme a México el año pasado. Era para trabajar el sábado, hacer un par de horas extras o suplir a alguien. Me gusta chambear en el bar, no se porqué, más que nada debido a que es una simple teoría… Después del viernes santo de los 19 euros me vino de perlas la chambita. Regresé temprano a casa, me duché y creí que me merecía una actividad relajante. Encendí la Wii y me disponía a tocar en la batería las tres rolas de Tool en nivel experto. Con dos cojones. Para calentar me puse un par de rolas de los Smashing Pompkins (Madreando Calabazas en castellano), una de System of a Down y un par más. Pero justo en el calentamiento el botón rojo dejó de funcionar, que viene a ser la tarola, la caja, que es la parte más importante de la bataka. Me malviajé gacho. Me metí a foros de Internet y si, resulta que la batería del GHWT está defectuosa de fabricación. Me cago en todo lo que se mueve!!!!!!. Sin batería ficticia, con 4 cálculos renales y sólo 19 euros.

Aún no he contado todo. Este mes, vino a aterrizar en España el “Apagón Analógico”, que significa que ahora la señal de televisión es digital y te tienes que comprar un descodificador pa la tele y un adaptador para la antena. TDT, que significa “Televisión Digital Terrestre” y que a fin de cuentas la señal sigue llegando por ondas en el aire, osea que ni digital ni terrestre. Pero para la porquería de oferta televisiva que hay por aquí (como en cualquier otro país) decidí no gastar mi dinero (antes de quedarme con sólo 19 euros), en poner al tiro mi tele pa ver cochinadas. La Annita y yo decidimos controlar el contenido emanado del aparatejo. Muy fácil. Tenemos unas 500 películas, y en Internet te puedes ver todas las series que quieras. Total, que la Zengue nos dejó los DVD de la primera temporada de Lost y ahí estamos enganchados como el Hobbit a la heroína que encontró en la avioneta de los nigerianos. La verdad es que después de todo lo que me ha pasado últimamente, la serie no me parece tan surrealista.

“¿Cómo va tu peli?”, me preguntó uno mientras le servía una caña. Y ya está. Resulta que la peli ya está editada, dura 2 horas con 10 minutos. Y a la gente le parece un poco larga. Si tu agarras un coche y viajas 2 horas y 10 minutos no llegas muy lejos. Ahora imagínate si te vas en carreta jalada por dos mulas con 11 individuos acompañándote. La gente ya no quiere perder 2 horas y 10 minutos en sentir cosas. “¿De qué se trata tu película?”… Bajo la mirada y respondo, siempre: “De la desolación”. Si sientes desolación por 90 minutos no será tan intensa como si la sientes por 40 minutos más. ¿A que no?. De todos modos haré el experimento de dejarla en 90 minutos. Porque, en efecto, yo tenía la teoría, la maldita teoría de que el tiempo es parte fundamental del mecanismo que hace que los espectadores en el cine tengan determinadas sensaciones (Tarkovsky también la tenía). Lo de los 90 minutos es sólo un parámetro establecido por las televisoras para programar las películas en 2 horas y meterle 30 minutos de publicidad. Pero mi película seguramente no la transmitirán en la tele, y menos en la analógica. Lamentablemente, esto último no es una teoría.

Acabo de leer en el feisbu: “L'Edgar Barroso is thinking that multitasking is a myth...” . Esto de las teorías está llevando nuestras mentes a rincones oscuros. Y la Zengue que quedó de conseguirnos la segunda temporada con la Mufa o el Miki o no se quien. Y el botón rojo que no funciona y lo voy a tener que cambiar por el Mario Cart. Y las piedritas cuatrillizas. Y los 19 euros. Y la Brújula la lleva el Muerto de 90 minutos…

Lo mejor de todo es que acaba de hacer su aparición la “Fenomenología”!!!! que no es otra cosa que una parte o ciencia de la filosofía que analiza y estudia los fenómenos lanzados a la conciencia, es decir, las esencias de las cosas. Dicho de otro modo, la fenomenología es la ciencia que estudia la relación que hay entre los hechos (fenómenos) y el ámbito en que se hace presente esta realidad (psiquismo, la conciencia). Teorías… Dicho de otro modo, la “causa efecto” de todo lo que rodea nuestra existencia. El porqué de lo que nos pasa dicho de manera rimbombante. Hay una parte de la fenomenología que me encanta, y que se refiere al “Porque sí”, o mejor dicho al “¿Porqué no?”. Me explico. Las cosas, los eventos, acontecimientos, anécdotas y demás hechos cotidianos pasan porque hay un complejisisisisisimo sistema de actividades en este universo que los provocan. A lo que yo llamo, el caos. El caos no es una esencia, ni una sustancia, es, en realidad, un factor. El factor que determina que todo pase de la manera en que pasa. El orden es, entonces, simplemente una teoría, osea que no existe. Por ejemplo, una teoría muy simple: El trabajo concibe impuestos, los impuestos conciben recaudación, la recaudación concibe un enriquecimiento de las arcas públicas, las arcas públicas conciben los presupuestos, los presupuestos conciben proyectos sociales y de desarrollo, los proyectos sociales y de desarrollo conciben el bienestar social y el bienestar social concibe trabajo. En resumidas cuentas. Pero esa es sólo la realidad en teoría, que después de todo lo que he dicho anteriormente es una contradicción. Osea que en la realidad, alguien se pone el condón en alguna parte de este proceso, y en la teoría no dice nada de eso, porque si lo dijera todos estaríamos tranquilos. Y yo no estoy tranquilo, ¿se nota?.

Ozcarito Ramirez, productor de fracasos cinematográficos en taquilla y de la Brújula también, está inscrito, quizá sin saberlo, en el mismo partido filosófico que yo: “¿Porqué no?”. Por eso creo que es el mejor productor que mi peli pudo encontrar. El hecho de que se encontraran fue puramente fenomenológico, vamos, como todo en el universo. Y se me olvidó porque venía Ozcar al cuento. Total. El chiste es que más que buscar las causas, yo me he dedicado a provocar a la realidad. Y me imagino que, y siendo consecuente, estoy viviendo lo que he provocado, por más ilógico que parezca.

Y es aquí donde llego, por fin, a donde quería llegar. Este año cumplo 37 años. El 37 es un número primo, pero que no se apellida Pons. En matemáticas, un número primo es un número natural que tiene únicamente dos divisores naturales distintos: él mismo y el 1. Esto es muy fuerte. El aislamiento. Si pensamos que los números vienen de relaciones entre otros números es difícil pensar en estas cifras bastardas. La teoría es, entonces, que este año, pa como van las cosas, será un año bastardo fenomenológicamente. Osea que no va a pasar nada.

A menos de que todo sea abordado desde la perspectiva, y aquí viene Ozcarito, del “¿Porqué no?”. Eso si, sin contradecirse.