jueves, marzo 15, 2012

A mi me gusta el Rock and Roll

Hoy como todos los sábados en España, la fila de la caja del supermercado es igual de larga que la del paro(los que están desempleados y se ven beneficiados por la ayuda del estado). Yo sólo fui a comprar queso parmesano rayado para la pasta. Mientras hacía fila, me vino a la cabeza esa canción que desde hace muchos años entonan de repente mis neuronas y que más de una vez ha salido de mi boca en modo atonal. Intenté recordar cuando fue la primera, o quizá única vez que la escuché... ni idea. Después de una breve reflexión elaboré la hipótesis de que me la había inventado. Hace tanto tiempo que la tarareo mentalmente y físicamente que no lo pude resolver en ese momento.

Hace algunos años, cuando aún estudiaba cine, me contaban las anécdotas de la escuela de cuando allí se estaba realizando la post producción de la película "Tren de Sombras", dirigida por José Luis Guerín, a la que por alguna razón que desconozco también se le llama "El espectro de Le Thuit". Contaban que el montador Manel Almiñana, el fotógrafo Tomàs Pladevall, y el mismo Guerín, esparcían la cinta de 16 mm por el suelo en todo el pasillo, fuera de la lata, y que los alumnos pasaban sobre ella, pisándola obviamente, para dirigirse a clase. Esa y otras bestialidades provocaron en la película imágenes únicas, irrepetibles, llenas de vida y belleza... Años después, me enteré que la cinta había sido inscrita en los principales festivales del mundo, y en uno de ellos, la rechazaron, y meses después se enteraron de que esa decisión la tomaron por contener más de un 75% de imágenes de archivo. Los productores corrigieron el error del festival, informándoles inmediatamente que el material contenido era 100% original, que las personas que aparecen estaban vivos y coleando, y que la cinta había sido tratada de tal manera y bajo la supervisión del maestro Pladevall para que obtuviera precisamente ese "look". Un año después, en 1998, ese prestigioso festival tuvo que organizar una proyección especial y darle una mención a Guerín tras sentirse culpables de haber cometido tan grave error ante una de las mejores películas europeas realizadas en esa década.

El fenómeno que está sucediendo al rededor de "The Artist" no tiene el mínimo desperdicio. Cuando se habla tanto de una película que se estrenó en Cannes y tanto la crítica como el público y el jurado trató tan bien la tentación es irresistible, incluso lo sorprendente empieza por haber conseguido la unanimidad entre estos tres entes de la cinematografía que difícilmente se ponen de acuerdo entre sí. "The Artist" es una de las mejores cosas que le pudo haber pasado al cine en muchos años. ES SOBERBIA. Aún cuando no es más que un continuo remake de planos de películas clásicas con un guión original pero que se parece a muchos otros. Una cosa es que Woody Allen idolatre a Bergman y otra, muy distinta y mucho más rica, es que Michel Hazanavicius haya visto con lupa todos los filmes que encontró de la época, y haya estudiado a detalle la manera en que trabajaron Chaplin, von Sternberg, Lang, Ford, Lubitsch, Murnau, Billy Wilder, Borzage, Vidor... y que de manera evidente rinda homenaje a actores como Douglas Fairbanks y Emil Jannings *.

Me imagino que "The Artist" no ha llegado a León. Y no quiero ni pensar que probablemente no se vaya a exhibir en salas comerciales, y menos por ser una película en Blanco y Negro, y "muda" (que para los que están espantados por eso no se preocupen, hay sonido en 3 secuencias, y en el resto ni falta que hace). Espero que tantos premios ganados y tanto ruido llegue hasta las oficinas de los programadores de las salas leonesas y del público. Si esto sucede les recomiendo a los que tengan tiempo y ganas, que revisen películas de la época de la transición del cine mudo al sonoro, de cuando en las salas de cine dejaron de tocar las orquestas que tenían partituras especiales para cada película para ser sustituidos por altavoces de baja potencia y calidad que intentaban reproducir las grabaciones captadas por micrófonos de baja potencia y calidad. De preferencia las relacionadas con los directores mencionados antes del asterisco del párrafo que precede a este. Y cuando lo hayan hecho y presenciado "The Artist" y valorado la modernidad propuesta con los recursos clásicos, me avisan, que la felicidad colectiva es exponencial.

La canción es una cumbia que dice "A mi me gusta el rock and roll", una paradoja, y aún no tengo ni idea de dónde la escuché o si en realidad me la inventé, la intenté buscar en San Google y no me salió nada.

1930

Si hay un año que pudiera tener alguna semejanza con el actual 2012 creo que sería 1930. El Crac de 1929 dejó la economía devastada, que equivaldría al reciente 2011. Creo que es indispensable saber, desde el campo que nos corresponde, cómo sobrevivieron cada uno de nuestras disciplinas, que fenómenos ocurrieron en aquel momento para poder elaborar un mapa que nos pueda guiar en un 2012 en el que si no nos renovamos nos extinguiremos.

La década de los 20´s fue, sin duda, la más prolífica en cuanto al desarrollo del lenguaje cinematográfico visual. Sólo le faltaba incorporar el sonido, que los puristas consideran que no hacía falta, pero ahí están los soniditos y habría que incorporarlos a la gramática única del cine. A finales de 1927 comenzaron los rodajes de las primeras películas sonoras. Hasta donde tengo entendido, Alan Crosland y King Vidor estaban encargados de iniciar la integración de la nueva tecnología en los Estados Unidos, mientras que a Von Sternberg tenía que hacer lo suyo en Europa. Para 1930 los cines estaban plagados de películas sonoras, como ahora las que sugieren las 3 dimensiones. No sólo había que introducir el nuevo producto al mercado, los costos de producción se elevaban casi al doble, empezando porque las películas sonoras ya no corrían a 18 fotogramas por segundo sino que ahora tenían que acelerar las maquinas para que el sonido se entendiera.

El Angel Azul está catalogada en 1930, aunque se filmó en 1928, al mismo tiempo que el Cantante de Jazz, pero Von Sternberg tuvo que filmarla 2 veces. Rodaba los planos de manera que cuando tenía las tomas buenas con los diálogos en alemán, las repetía pero con la interpretación de los actores en inglés, ya que en la industria aún no se había resuelto el problema de los subtítulos, que para ser sincero no se a quién se le ocurrió.

Pero la crisis aquella pegó básica y contundentemente en Estados Unidos. Entre 1929 y 1930 se produjeron en ese país películas como “Sin novedad en el frente” de Milestone, “Los Angeles del Infierno” de Hughes, “La Gran Jornada” de Walsh y Murnau filmó “City Girl” en los E.U., entre muchas otras producciones valiosas.

A contracorriente, con el viento en contra y con todas las de perder, el cine no sólo sobrevivió, sino que se consolidó entre 1929 y 1930, y seguramente lo mismo pasó en la música, la danza, el teatro y la literatura. Si hay un rayo de luz entre las tinieblas de las grandes crisis económicas, seguro que entra por la cultura, quizá porque tiene que renovarse y desarrollarse continuamente, mientras que los mercados financieros lo que pretenden es crecer (que no es lo mismo que desarrollar) sin dejar de ser estable. Vaya paradoja. Mañana dejo de comer turrón.

(Texto publicado en la Revista Alternativas)