domingo, noviembre 08, 2009

Sierra de Organos

Sierra de Organos, Sombrerete, Zacatecas. 11 de la noche. La luna llena ilumina la locación. ¿Cómo fuimos a dar aquí? ¿Porqué estamos los 5 aquí?. Van 4 veces que empiezo este texto y no tengo ni idea de dónde empezar. Cada comienzo es un final y al revés. Es una cinta de Moebius.

Estamos Regina Montemayor (Ayudante de Dirección, mi mano derecha en esta chamba, el Seny i la Rauxa dirían los catalanes, el sentido común y la carrilla pa los aztecas), Lorena Navarrete (Coordinadora de Producción, que me dice que si a todo lo que le pido, profesionalmente hablando), Ixchel Coutiño (Productora en Línea, y eso que no hace mucho ejercicio la morra, que me dice que no a todo lo que le pido, pero siempre llegamos a un arreglo sensato) y Luis Sansans (a terrifying DOP, director de foto y maestrazo de la imagen) y yo, el Chango Pons. El productor de la peli es Ozcar Ramírez, que no entendió nada cuando le llamamos por teléfono para decirle que habíamos decidido ir a dormir esa noche a la locación. Sierra de Organos, Sombrerete, Zacatecas. 11 de la noche. La luna llena ilumina la locación. ¿Qué me pasó en la vida si yo vivía tranquilamente en León Guanajuato ganando un sueldo razonable y haciendo multimedia para acabar en Sombrerete unos años más tarde?

El 12 de diciembre del 2001 agarré todo lo que creí tener, lo metí a una maleta y me fui de mi casa, ya rucón y sin saber bien a dónde iba. Un boleto de avión a Madrid para visitar a Toño, Pocho y Maite, de ahí irme a Valencia a visitar a Renecita, pasar navidad por ahí en Cadiz, Barcelona y París. No se de dónde me salió la idea de irme a tocar jazz al barrio se Saint Martin. Cortazar seguro. Era una ruta demasiado planeada y sin embargo aguantó bastante, todo salio tal cual, hasta Barcelona. Desde 1998 que no piso Paris. Pues voy a aprovechar de que en algún momento se me ocurrió quedarme a vivir aquí para hacer algo de provecho en la vida: Estudiar, pensé. En 1992 empecé a estudiar Ingeniería Industrial, y 8 años después me titulé en Comunicación. Mitad del primer acto, incidente inductor. Allí hice un par de cortometrajes y videos. De eso a Barcelona no lo quiero contar, así nomás. Las clases empezaban en octubre y yo estaba ahí desde enero.

Michel Gaztambide es guionista, profesorazo y buen amigo. Una de sus películas favoritas es Amarcord, de Fellini. Ahí me dio. El primer año que nos dio clases, nos pedía un guión diario. Entre la chamba en el bar y la escuela tenía realmente poco tiempo para hacer la tarea, pero esa semana andaba inspirado, el primer día terminé de reescribir "El Sacrificio" , ”, el segundo escribí “Adoremus”, el tercer día hice trampa y entregué el guión de “Mujercitaque había ya incluso grabado el corto, y el último día entregué “Limbo”, éste último guión basado en un par de anécdotas, una que me contó el buen Carlos Hernandez trabajando en Porinternet, de unos paisanos suyos de ciudad Manuel Doblado que cruzaron la frontera, y la otra me la regaló Elviux trabajando ahí mismo un día en que contestó el teléfono y dijo sólo 4 palabras en inglés y las únicas que dijo bien fueron “Yes” y “No”. No había mucha gente en el bar y la Werita estaba prendidísima atendiendo a los pocos clientes. Lo escribí a mano, 12 secuencias que para ese mismo día a las 5 de la mañana ya estaban impresas. Clases a las 10, toma ya. La siguiente clase, Michel repartió copias de “Limbo” a toda la clase, la leímos en voz alta y el Michel me echó un montón de flores. Zaz. Al terminar le fui a agradecer y me dijo que siguiera con la historia y empezara a escribir ya un largo, con dos cojones. Le habían gustado los otros guiones, y todos están ya realizados, los pueden ver en mi MyEspacio, en el TuTubo, en el Feisbu, Vimeo y demás, sólo faltaba “Limbo”, que ni a Michel ni a Xavi Puebla les gustaba el título, tons se lo cambié por “Norteado”. Annita se fue a Helsinki un mes y yo me puse a escribir pa compensar la soledad. El guión era un drama que traía los dos chascarrillos, el que me contó Carlos y el de Elviux. Pero en algún momento, que como se habrán dado cuenta yo soy muy voluble y olvidadizo, la historia cambió y se convirtió en una comedia negra. O por lo menos eso dicen. Para acabar la carrera nos pidieron un guión de largometraje y yo ya tenía al “Norteado”. Al finalizar la escuela, los maestros escogían a 6 alumnos para dirigir un cortometraje en 35 mm y a un solo alumno para un largometraje en 35 mm y a otro para un largo en digital. “No sents res?” es mi cortometraje en 35, pero el Norteado era difícil de producir en España, aunque la escuela siga manteniendo mi premio de “opera prima”. Me lancé un par de veces a México a buscar productora, el primer paso lo traía bajo el brazo con unas 46 secuencias y no más de 80 páginas, el segundo paso me sacó yagas en los nudillos de las puertas de las productoras que toqué para dejar el guión. Vamos, lo típico de quien quiere hacer su primer largometraje. Regresé a Barcelona a trabajar en un par de pelis, cortos y demás. Un día me escribió el buen Mane 3D2 para felicitarme porque “Norteado” había recibido el apoyo de FOPROCINE, pero no era yo. Le tuve que cambiar de nombre, pero no estaba fácil. Y un día, cenando en la playa de Sant Pol quina hora es?, se me iluminó la chimenea y salió, así solito: “La Brújula la lleva el muerto”. Y en cuanto una productora dijo que si me vine corriendo de regreso a la hermosa tierra de los aguacates y los nopales. Me encantan. Pero no se hizo con ellos, acabé con Ozcarito y ahí me cuadré. El tiene la visión más clara de cómo quiero hacer la peli, desde el principio, hasta se le ocurren cosas más locas pa meterle (aunque dice que es a mí a quien se le ocurren pero son ideas de el). La 226, el estímulo fiscal que ayuda a la producción cinematográfica, en el primer resbalón que tuvo me mandó de regreso a Barcelona casi 2 años. Intenté entrarle al mundo de la publicidad con el buen Uri Segarra, pero la crisis ya estaba rondando por el barrio y las empresas chonchas lo sabían. Pasé con el Francesc un día al bar la Cafetera a pedir chamba, volver a la barra, y empecé ese mismo sabado en la plaza Virreina. Pa cuando la crisis se metió a nuestras casas yo estaba con un sueldo estable en el bar, y las mañanas ayudaba al Morros y a Pablo con su nueva productora haciendo videitos, incluido el de la Original Jazz Orchestra con la Mala Rodríguez. Luego me salió el videoclip de “MR Jenkins” de DJoe y la animación para “Grita” la nueva versión de Pau Donés y su Jarabe de Palo. Lo chido es que tanto Joe como Pau iban al bar a ver los detalles de sus videos mientras yo seguía sirviéndoles GinTonics al Toni i la Pepi, que se zumbaban una botella entera de ginebra al día y le pegaban unos rollotes al Puli, al Arnau y a mi. Para marzo, mientras acomodaba mis cosas en la nueva oficina de Séptimo Elemento y preparábamos la grabación de un programa de skaters en Barna y el de “Gent que parla sola”, recibí un mensaje de Monx Larqué, que fue productora en línea de la Brújula en México cuando tratamos de levantarla la primera vez y que en ese momento estaba en Valencia tomando un curso con el mismísimo Michel Gaztambide. “A qué número te puede marcar Ozcar? Acaba de conseguir lana pa la peli”. Zaz. Agarré mi bici y me fui en chinga loca a mi casa a hablar con Ozcarito, y eso que está de subida. “¿Cómo quieres hacer tu peli?” y no supe que contestarle.

El 14 de julio llegamos a México la Annita y yo. Ese mismo día Ozcarito me explicó como estaba la onda y nos presentó a Reginux. A partir de ahí la Reginux rifa machin en la peli. Un día hasta quise ascenderla, pero Ozcar me hizo entrar en razón y darme cuenta que le estaba dando mi puesto. Luego llegó Pixie-poo ponernos en línea y Sansans, el chavalote de la moto. Volvimos a hacer cásting y juro que no vuelvo a hacer uno en mi vida, es horrible. Al final, están los que ya están, por angas o mangas. La Annita también anda por aquí, dandole en friega al vestuario ayudada por Ivette, que fue quien nos presentó en Barcelona hace casi 8 años. Fue declarada inocente pero estoy apelando. Somos 50 gentes nomás de equipo técnico, y no se si allí contaron a Don Chirlillo, el dueño de las mulas y las cabras. Aparte los actores: Gael, Pedro, Vicky, Ana Ofelia, Berta, Marcos, Horacio, Alberto, Lalo, Hansel, Luis, Eligio y Jorge, entre otros. Hace menos de una semana estábamos solamente Reginux, Lore, Pixie, Sansans y yo en medio de la Sierra de Organos, en Sombrerete Zacatecas, a las 11 de la noche. Cuando buscamos una locación decidí que sobre todo tenía que haber buena vibra en el lugar, y eso que no soy tan místico. Y de verdad que fue el que mejor nos hizo sentir. Y de eso se trata lo que vamos a hacer ahora, porque la historia de “La Brújula la lleva el Muerto” ya está contada, desde el título ya dice ¿no?. Ahora se trata de que las imágenes tengan sensaciones. Hoy llegaron la mayoría del equipo y actores. Así que a darle.

Primera ley de Newton: La Materia y la energía no se crean ni se destruyen, sólo se transforman. Tu energía sólo se ha transformado, por eso la peli que empiezo a hacer el lunes, toda la peli, te la dedico a tí, porque tu energía está con nosotros. Va por tí Lalín, visca el Barça!!!

martes, noviembre 03, 2009

25 de octubre de 2009 ... dos horas más tarde

En el SECONDARY INSPECTION se toman todo muy en serio. Prueba de esto es la imagen de seguridad y confianza que dan los polis gringos cuando se ponen en fila para ponerles una cagotiza a los que estamos “internos” en la sala. El Robocop de región 4, que claramente era el jefe, y no porque iba para todos lados en su silla de ruedas eléctrica que le ayudaba a desplazar el gran volumen del Patrón, sino porque llevaba todo el tiempo sus gafas Ray-Ban puestas, y eso, estando en el sótano de un aeropuerto impone machin. Justo a un lado de Robocop estaban, de pié, Pat Morita y la Señora Cometa. Después estaban el sinaloense, el cara de bonachón, el nieto chicano del Huracán Ramírez, el Jean Claude Van Dam salvadoreño, a quienes se les unieron el primo de Charly Valentino, el hijo de Chatanuga, el jóven Ho Chi Min y nuestro amigo Woong, éstos dos últimos eran los únicos que no eran peso welter. El sobrino de Myke Tyson seguía detrás del mostrador peleándose con la computadora. De este lado de la tribuna, Dundee con su anforita bien guardada, Achmed, Achmedsito y su guapa mamá que seguían sosteniendo en sus manos las fotos tamaño credencial, la Francesa que iba a Las Vegas y su servidor en una fila perpendicular al resto de filas. El Cuahu y Ernst, que no opusieron resistencia, permanecían esposados a sus respectivas sillas, a ladito de Josefina, que seguía sonriendo, cómo no, si era su cumpleaños y no se estaba enterando de nada la pobre. Justo detrás de ellos estaba Shawn Rider, el vocalista de Happy Mondays (vaya paradoja con lo del domingo de cambio de horario). El Shawn se equivocó de vuelo, el en realidad iba a Berlín, pero se equivocó de avión y agarró uno a Los Angeles, decía que fue una pequeña distracción, que había estado practicando su deporte favorito en un parque de Manchester esa mañana y que por eso se equivocó. Los gringos no entendían nada, y menos con ese acento de Manchester que tiene. Yo si sabía la causa exacta, y es que el deporte favorito de Shawn no es correr en el parque, sino darle a las palomas los cocos de marihuana que le van saliendo de hacerse porros a las palomas, yo lo sabía pero no les expliqué nada a los gringos porque empezó a hacer mucho calor en la sala. El Darryl Strawberry de Costa de Marfil, que ya al final todos le decíamos de cariño Blackberry, por todo lo que aconteció más tarde. Era un negro pero negro negro, grandotote, larguirucho y no sigo diciendo para que no sospechen de que tengo escasa heterosexualidad. Lo bueno es que justo junto a el estaba la versión ecuatoriana de Gloria Trevi, pero nomás de la cintura para arriba. Pero quien realmente pasaba desapercibido era el Marilin Manson bajado de Machu Pichu, que bajo unos cuantos kilos de maquillaje y una gran melena que le llegaba hasta el culo, que en realidad no estaba tan abajo porque como que la cintura se le acercaba demasiado al pecho, con su cuerpo tipo Bob Esponja, en realidad no era tan blanquito como su cubierta de productos Revlon, lo delataban sus manos color café cortado largo de café con 2 de azucar, porque mucha sacarina no le ponía a los suyos y sus ojos rasgados. Obviamente por su silueta deduje que no era tailandés. El caso es que el Marilin Manson/Bob Esponja no se movió en las dos primeras horas que yo estuve allí. Pero cuando las filas policiacas se disiparon hacia el mostrador y los cubículos de atrás, el Marilin Manson/Bob Esponja se levantó de su silla y se dirigió directamente hacia la esquina de la sala del SECOND INSPECTION. Nos dio la espalda y … si, en efecto, liberó su esfínter. Meó como un elefante el cabezón. Y regresó tranquilamente a su lugar a adoptar exactamente la misma posición que tenía las dos horas anteriores. Gloria Trevi se veía nerviosa, no se sabía bien a bien el porqué, si fueron las calaverotas de la camiseta de Marilin Manson/Bob Esponja, o la camisa tropical de Blackberry, o que ambos se habían dejado la ventana abierta. El pantalón de Marilin Manson/Bob Esponja era, obviamente, negro, pero sus calzones eran blancos como su maquillaje, en cambio, Blackberry usaba unos pantalones de los que se pone uno en Ibiza bien a gusto y que usan unos botoncitos chiquititos con un ojales grandototes. Y no se notaba bien a bien si sus calzones combinaban con lo que se dejaba entrever dentro de sus huaraches. No hizo falta averiguarlo. El calor nos estaba matando y Mike Tyson nomás no prendía el aire acondicionado, que la verdad es que ahí donde lo ven, la sala del SECOND INSPECTION, no está acondicionada para tener aire acondicionado. Ni una agüita ciel ni Vodafont ni siquiera un Mountain Dew nos ofrecieron. La verdad mis respetos para el Marilin Manson/Bob Esponja, porque ni un gramo de su maquillaje se le derramó, en cambio el pobre Ernst terminó con el cuello de su simpática camisa completamente blanco y su cara parecía un cuadro de Pollock. Blackberry fue el que empezó el desmadre, tranquilamente se quitó la camisa, así nomás, y Shawn se emocionó y empezó a bailar como un poseso. Gloria Trevi se llevó de repente las manos a la cabeza con cara de histeria pero no dejaba de mirar el paquete de Blackberry. “Arturo García…” gritó Woong desde detrás del mostrador. Me tardé más o menos 5 minutos en reaccionar, que siendo un domingo de cambio de horario ya saben lo que puede significar. La Francesa le sacó la anforita a Dundee y le dio un tragote que la dejó vacía. El Cuahu intentó hacer una Cuahutemiña pero como estaba bien amarrado a la silla se fue de espaldas contra el suelo y no se volvió a levantar, por lo menos mientras yo estuve allí. Pero eso nada que ver con mi distracción, ni tampoco que Gloria Trevi ya se había desabrochado tres botones, la culpa fue de la Señora Cometa, que al escuchar mi nombre creyó que le hablaban a ella. Vaya nombre ha de tener en realidad que fonéticamente se parece al mío. Se levantó de su silla en la entrada y fue directamente a Woong. Y le armó un escándalo por distraerla y el pobre chino apenas y intentó, porque no se puede decir que ni si quiera un poco lo logró, justificarse diciendo que en realidad me llamaba a mi. Cuando la Señora Cometa tomó su lugar me levanté y me dirigí a Woong. Estaba preparado, ya había practicado mi discurso en chino y toda la onda, y que aparte era super fácil, porque solo iba a decir 您好 (que significa “Hola) y 謝謝 (Gracias), porque de que me iban a acusar, si hasta la adefesio anglosajona de la embajada me había dicho un contundente “Your visa has been accepted”. Tons nomás era cuestión de llegar, saludar, decir que si con la cabeza todo el tiempo, que me regresaran mi pasaporte verde, y dar las gracias. Así de simple. “Your name is similar no se que de un criminal que we are looking for”. Ni un garabato en chino me dijo, ni una sola rayita, todo en inglés el mamonazo. Señalando a la Señora Cometa firmemente con mi dedo índice de la mano derecha pregunté “She?”.

lunes, noviembre 02, 2009

25 de octubre de 2009 ... una hora más tarde

La sala del Secondary Inspection es bastante normal. Una sala de las del tipo que se utilizan para reuniones de empresas para darle platicas de motivación a los empleados, pero en choncho. Justo cuando la francesa que iba a las Vegas me demostró que su pronunciación del inglés era igual a la mía del francés, se dio el cambio de turno de los polis gringos, que cabe mencionar que ninguno era rubio, vamos, ni siquiera de piel blanca. El amarillo era el tono más cercano. Los únicos que seguían por ahí eran nuestro amigo Pat Morita, que seguía metiendo gente a la sala, la Señorita Cometa de la tercera edad, una tailandesa que medía un poquito menos que yo cuando estaba en tercero de primaria pero que tenía un carácter que denotaba su amplia experiencia en la academia de Policía. Y que de ahora en adelante la llamaré, la Señora Cometa, por respeto más que nada. Y el tercero en hacer doble turno era el sobrino de Mike Tyson, un negro joven con cara de no tener ni puta idea de cómo funciona una base de datos. El pobre Tyson no movía los ojos del monitor, y cada que algún otro poli se le acercaba le explicaba su miserable vida, lo mal que llevaba esto de buscar información de los “aliens” destinados al SECOND INSPECTION y algún detalle de la vida cotidiana. Eso si, el buen Tyson no tenía la culpa de nada, siempre era un pedo del Windows, aunque después me percaté que usan Linux. Vaya rollotes les pegaba, por eso no le duraba un compañero a lado ni 2 minutos. “Me tienen aquí por una infracción de tráfico que no pagué hace 20 años” nos dijo a la Francesa y a mi el señor Dundee, un australiano que tenía cara de haberse tomado media botella de Vodka con jugo de naranja en el avión desde Melbourne. Me acordé de Mad Max, no se porqué. Llegó entonces el relevo azul. Un montón de polis obesos todos con sus “Lunches” que les había preparado su mujer en casa para que no se murieran de hambre, pero eso si, ninguno era rubio ni de piel blanca. Uno a uno fueron cogiendo del mostrador un bonche de pasaportes para revisarlos, pasaportes de colores que correspondían a mis compañeros del SECOND INSPECTION y yo. No me dí cuenta de cual de los polis había agarrado mi pasaporte verde. Empecé a practicar mi discurso de presentación en chino, coreano, japonés, español, polaco y en árabe, para que llegando la hora de mi declaración o entrevista o lo que fueran a hacerme pudiera yo demostrar lo bien integrado que estoy en esto de la globalización.
Achmed, su esposa y su hijo estaban en la esquina, llegaron justo con el último poli del nuevo relevo, los traía en marcación personal y conté 5 veces en las que el poli, que era claramente de rasgos sinaloenses, les pedía fotos de cada uno, del niño, de la madre y del pobre Achmed. Y ahí estaba el pobre sacando fotos todo el tiempo. Todo el álbum de sus imágenes de perfil del feisbu pero impresas a baja resolución. Achmedsito sonreía cada que a su mamá le pedían una foto de ella, que ni traía velo la señora y además era guapísima. Pinche poli sinaloense gandaya, pensé, lo que quiere es llevarse las fotos de la mamá de Achmedsito. Lo más curioso es que todas las fotos eran de fotomatón, osea de cabinita de tomar fotos, tipo credencial, eso si, de todos colores y con varios peinados. Yo veía de reojo porque estaban a lado de mi, con poca atención porque Dundee empezó a contarme la carrera política de Peter Garret, vocalista de Midnigth Oil y que ahora es el ministro de medio ambiente, cultura heredada y artes de Australia. Osea que se puso el traje el pelón aquel de las camas ardientes. Josefina estaba por allá en la esquina, sentadita en su silla de ruedas, con una edecán negra que pesaba lo mismo que Josefina con todo y silla de ruedas. Quietecita y sonriente estaba Josefina por ahí. Nada que ver con la cara de la edecán que era la fiel imagen de la negrita aquella que anunciaba hot cakes en los 80. “Naciste usted el 25 de octubre de 1929?” le preguntó a Josefina un poli con cara de bonachón, y ella sin dejar de sonreír asintió con la cabeza. “Congratuleishons” . Cuahutemoc Blanco se levantó de su silla y empezó a entonarle efusivamente las mañanitas a Josefina. Ernst, un polaco que llevaba un sombrero de copa amarillo con una flor marchita, un saco morado, pantalones de colores, unos zapatotes rojos con verde y una nariz roja acompañó con las palmas al Cuahu. Dundee aprovechó el momento para sacar sigilosamente su anforita y brindar por la grata ocasión. Pat Morita, la Señora Cometa, el sinaloense, el nieto chicano del Huracán Ramírez, y el Jean Claude Van Dam salvadoreño (que le tupe durísimo a los frijoles) se le dejaron ir al Cuahu y a Ernst en un despliegue al más puro estilo SWAT hollywoodense que terminó en una sencilla manita de puerco de los festejadores. Josefina seguía sonriendo...

25 de octubre de 2009

25 de octubre de 2009

Hay un día de la semana que no me gusta del todo, y casualmente no es el lunes, es el domingo. El domingo es un día que como que ni va ni viene, es el día oficial de la indecisión. Ahí les va un típico diálogo dominguero: “A dónde vamos?” “ay pos no se”.
Pero hay algo de los domingos que realmente odio, y es que haya domingos con cambio de horario. Luego hay un par de gandayas que se quieren hacer los colgados y colar un retrazo en el trabajo en martes por culpa del cambio de horario. Díganme nomás. Porque es verdad, el domingo de cambio de horario uno anda todo apendejado, apoco no?. Yo ayer me levanté a las …. Digamos que eran las 7, pero en realidad eran las 6 y yo creí que eran las 8. ¿Me explico? Es una sensación que no es ni siquiera bipolar, sino tripular, y en domingo que es peor. Porque aparte en “dormingo” como le dice Teresita(mi madre), es pa dormir hasta tarde. Pero yo me tenia que despertar temprano, a las 7 para ser mas exactos, y si me levanté, pero no supe si eran las 6 o las 8. Dos horas de diferencia son un montón, y si quieres comprobarlo puedes hacer un ejercicio muy ilustrativo, mira, queda con tu pareja, si es pareja sentimental quedará aún más claro, queda a una hora y llega 2 horas antes, y luego vuelve a quedar otro día y llega 2 horas más tarde. ¿A que se te hace un desmadre? . Pos eso le pasa a mis neuronas en domingo de cambio de horario, o sea, 2 veces al año. Finalmente salí a tiempo, porque el destino así lo quiso, ya que la verdad yo seguía con la incertidumbre horaria. Llegando a Toluca, que ya me dirán si no tiene cojones, irse a Toluca en domingo de cambio de horario, y tempranito. Total que ya estaba en Toluca y aunque el aeropuerto está quedando menos feo que la mayoría de aeropuertos en México, al parecer aún no agarran la onda de cuales son las verdaderas necesidades básicas de un viajero de corta distancia, porque en esos aeropuertos no puedes ir tan lejos. Pero si un poquito más lejos, como para necesitar cambiar un par de pesos mexicanos por dólares. En fin, por angas o mangas me trepé con pesos mexicanos al avión, sin un dólar. En el avión venían justo detrás de mí un par de Yuppies que se fueron a bien topar con otro yuppie en la misma hilera del avión. Valió madres. Un yuppie solito podría parecer inofensivo, incluso podría pasar desapercibido, pero por su naturaleza yuppie siempre termina hablando con el de a lado, aunque sea un poquito, porque si el interlocutor tiene la misma manía que yo contra los yuppies seguramente le corta el rollo antes de que el vuelo que sale de Toluca y va hacia donde sea pase sobre Querétaro. Pero dos yuppies que ya vienen encarrerados diciendo estupideces se encuentran a otro justo a lado es una situación que no le deseo presenciar a nadie.
Porque por su naturaleza, el yuppie, aparte de utilizar un lenguaje que según el va de lo sofisticado a lo buena onda en 0.5, incrementa considerablemente el volumen de su voz para que toda la gente se de cuenta de que es Yuppie, para que se note la facilidad que tiene de hablar de algo de lo que no tiene ni puñetera idea, pero eso sí, con mucha fluidez. Aterrizamos por fin en Los Angeles . Un par de semanas antes pasé a visitar a los del consulado gringo para sacar mi visa. Durante un largo periodo de tiempo, entre la multitud que se aglomeraba en esa especie de bodega-almacén-chiquero-moderno gallinero, había un niño muy simpático, o por lo menos a mi me lo parecía, aunque la actitud de sus padres era de querer inscribir al escuincle en algún programa de adopción francés. El niño, que con sus progenitores había llegado puntual a las 6.30 de la mañana, llevaba puesto un traje de Superman, y no hacía más que correr y gritar por todo el consulado. “Your visa has been accepted” me dijo una adefesio anglosajona y yo salí de ahí bastante contento. Pero la pesadilla no había sino empezado apenas. Pasaporte en mano (con visa en la última página) me acerqué a migración, en Los Angeles. Cuánta gente de diferentes razas confluyen en esas pequeñas zonas del planeta. Se siente uno como en un barrio de Nueva York, Londres o Barcelona. La globalización, si señor. Pasaportes de todos los colores. Y del otro lado igual, nomás que todos vestidos de azul y con la cabeza rapada, o semi rapada. Uno de ellos era claramente de origen coreano. Porque ahí donde me ven, tengo la capacidad de ser un medio occidental que distingue entre un chino, un japonés, un coreano, y uno que no es de ninguno de esos tres. Digo medio occidental no porque sea tan tan mestizo, sino porque creo que así es como se debería de llamar a los de este meridiano y un par mas hacia la izquierda y otro par hacia la derecha. Los Americanos, continentales por supuesto, a los gringos nunca los llamaré americanos por supuesto. Si a los de medio oriente, o a los del lejano oriente, y a los occidentales, se les llama de tales maneras, pues me parece que a nosotros nos correspondería el término, medio oriental. Yo ya estaba preparando mi saludo en coreano, digo, pa caerle bien al poli, cuando de repente se acerca Pat Morita con 20 kilos menos(claramente de origen japonés) y me manda a otra fila porque en la que yo venía había demasiada gente. Bendita Ley de Murphy, porqué me abandonas cuando realmente te necesito. “Hola” saludé cordialmente al poli, que no era precisamente un gachupín(ni siquiera de las islas canarias). “¿Hace cuanto tiempo que no viene a los estados unidos?” ni siquiera me miraba a los ojos, ya que no los despegaba o de su monitor o de mi pasaporte (con la visa gringa en la última página) “Hace 20 años” le contesté. Me hizo registrar mis “finguerprints” en un escanercito con una luz verde matrix. “Acompañeme por favor”. Y ahí voy yo atrás de el, hasta llegar a una puerta que daba a un salón más o menos grande (o eso pensé en ese momento) que tenía un gran ventanal de cristal, un par de mostradores y un montón de bancas ocupadas por gentes de todos lados. Pasaportes de colores no había, porque los tenían los polis detrás del mostrador. “Toma un asiento y espere a que le llamen por favor”. Ya se que parece que me equivoqué escribiendo la anterior cita, pero así tal cual me la dijo. Extraña combinación del uso del usted y el tu en la construcción gramatical, pensé. Llevaba ya más de una hora en este país y no había yo articulado palabra en inglés, que para mí necesita de un proceso de adaptación, culpa de ver tanto cine escandinavo últimamente. Falta de práctica vamos. Junto a mi estaba una francesa, que iba a Las Vegas. No tenía cara de ludópata, ni de revoltosa, ni de activista social o política, ni de tener intenciones de adoptar a un niño africano o mexicano vestido de Superman. Solamente tenía cara de francesa y de no tener ni puñetera idea de lo que estaba haciendo en ese lugar. “Saba bien?” Me contestó con el “Oui” menos convincente que he escuchado en mi vida. “Quesque tu fe? Quesque tu pens? La voatour a le batiment?” Notó inmediatamente que mi francés es deficiente y muy amablemente intentó explicarme en inglés que “Aironó”.
Y aquí la sala del SECONDARY INSPECTION se empezó a convertir en la mismisima Babel...

sábado, octubre 17, 2009

Blanca y radiante no va la novia

Por Benjamín Cordero

Arturo Pons es el único leonés en la historia que, teniendo “constancias oficiales” que acreditan su incuestionable pertenencia al primer sexo, concretó el máximo sueño de las señoritas decentes:

Se casó de blanco.

El día de su boda, los convencionalismos llevaron un velo y una cauda muuuy largos… para que fueran pisados agusto.

Por supuesto él se tomó muy en serio el casamiento, pero su mujer catalana -que es muy decente por cierto- a petición suya tuvo que elegir otro color fuerte.

Cómo la conoció él y qué color de vestido eligió ella, no se dirá de momento sino que, por razones perversas, aparecerá en uno de los últimos párrafos de esta Aldaba.

Es que se trata de que quien caiga en esta página lea la sección completa, aunque sea por morbo y eso, vamos a ver… porque éste no es un largometraje y lo más deseable sería que hoy mismo se grite “¡Corte!”, en esta penúltima escena que trata de Arturo, este leonés hoy inminente director de cine que hace casi una década entró en la Ibero de León a estudiar -creía él, creyeron todos los que le conocían- la fascinante carrera de Ingeniería Industrial.

Si bien nos va, será eso nada más: la penúltima escena. La última, donde debe aparecer la palabra “Fin”, será editada solamente cuando Arturo Pons ascienda al cielo de los verdes.

(Cuál es ése también será aclarado en alguno de los párrafos bastante posteriores, y también por las mismas razones perversas citadas arriba).

Enseguida viene pues la escena de hoy.

Arturo no teme que se le acaben las ideas, aunque tenga muchas y tan dinámicas que es uno de esos seres imposibilitados para saber con certeza cuál será el siguiente cacho de terreno que va a pisar, o en cuál cresta de ola se montará él, para suplir a la patineta con la que roturó las calles de León, mientras vivió en León.

El itinerario se su vida hasta ahora ha incluido escalas mutuamente excluyentes para quien es -o se considera- gente seria: él probó Ingeniería Industrial, terminó Comunicación, vagó por el agujero negro de las páginas web, iba que volaba para jazzista en París, admitió rigurosos 15 por ciento de propina en sus trotes de mesero y barman en Barcelona, y acabó cineasta del Centro de Estudios Cinematográficos de Cataluña.

Hoy está en vísperas de rodar su primer largometraje en Matehuala, San Luis Potosí, y en Almería, provincia española que goza de dos privilegios: ser dueña del único desierto europeo y haber sido el escenario donde Sergio Leone inauguró los “Spaghetti Western” comenzando por supuesto con “El bueno, el malo y el feo…”

Gracias a Sergio Leone, el mundo se enteró de que los forajidos se visten en Gucci; que John Ford filmó “La Diligencia” nomás para poner la muestra; que no son necesarias las meseras pechugonas para “contar una de vaqueros”; que los villanos guapos nacieron con Clint Eastwood; y que cuando a los villanos se les quita lo guapo, se convierten en directores de cine arrugados pero asombrosos como el mismo Clint Eastwood ya mayorcito en “Los Puentes de Madison”.

Ahora que se deshidrate en Matehuala o cuando sude la gota gordísima en Almería, Arturo Pons nos dirá qué género quedará inaugurado.

De momento, al primer impertinente que le pregunta qué necesita como locaciones para su película, Arturo responde que nada más él mismo, que no sabe qué escribirá ni qué elenco elegirá ni con cuántos euros financiará su ópera prima “La brújula la lleva el muerto”, así que lo de menos es el escenario. Es más, el mismo Arturo parece sorprendido con él mismo cuando declara que sí, que él escribió el guión original, que él encontró -como encuentra siempre, por casualidad, todo lo que halla de valioso y determinante- al músico que compuso la música y que es otro leonés que, a’i nomás, está por comenzar su doctorado de composición en Harvard gracias a una de las dos únicas becas que concede esa universidad de mírame-y-no-me-toques. Universidad que, además de hornear economistas catastróficos, acoge mentes brillantes que luego escuchará uno, como Arturo Pons, por mera casualidad, si paga cincuenta pesos para entrar en un cine que uno de estos años programará la ópera prima de un leonés, con música especialmente compuesta por otro leonés, y actuada por más leoneses (de los que ayer nomás quedó apuntado uno: Eulalio Nava) y por catalanes de los que no quedó consignado ninguno.

Y ya es hora de irse y es hora que esta Aldaba no acaba de dar el “¡Corte!”, que debió dar hace rato, si no fuera tan charlatana.

Ánimas que no amanezca.

y Por favor disculpe el color del vestido de novia. Disculpe también la oscuridad en la que quedó el cielo verde. Y que el resto del elenco hallado en León de México y en Barcelona de Cataluña por Arturo, para su película, que disculpen también, porque tanta anécdota y tanta gente ya no caben aquí.

Nunca te prometí un jardín de rosas

Por Benjamín Cordero Hernández

Cuando Arturo Pons dejó León en 2001, llevó empacado todo lo indispensable.

“¿Todo lo indispensable?”

Todo lo indispensable… ¿para qué, por ejemplo?

Hombre, pues… para nada. Ya se sabe que nada es indispensable. Pero de algo había que llenar el equipaje y lo “indispensable” cupo en el veliz, sin problema. Metió en él meramente objetos de trámite y dejó fuera obsesiones como ésa de no llenar “de últimas miradas” todo lo que se deja y Arturo en efecto dejó atrás todo, sin magullar el corazón (que es la única víscera que de por sí nace con arrugas).

Ni al caso.

No hay necesidad de repetir que Arturo Pons iba a París a estudiar jazz en el Conservatorio; era su intención difusa y confusa, pero era. Para ahorrar espacio en la página y tiempo a los lectores, tampoco merece la pena repetir aquí que Arturo llegó en una primera escala a Madrid y que al llegar a la siguiente, Barcelona, se enteró de que el Conservatorio de París no lo conservaría de alumno a él. Tampoco tiene más caso iterar y reiterar que, para hacer viable su estancia catalana, Arturo se topó con un trabajo “chido” en la cuna mundial de los tacos (que, como se sabe, es el “Chido One” de Barcelona) y que entre mesereadas y cocteleadas se afincó allá a la sombra de Gaudí, sin más baches que uno que le atacó en pleno Barrio Gótico de Barcelona.

Un bache del ánimo que lo hizo “pensar con los pies”, porque cuando menos pensó, y en medio del bachezote aquel, los pies de Arturo “pensaron” por él y lo condujeron a las penumbras de un templo gótico del Barrio Gótico.

De pronto se vio ahí, para hablar a solas con el primero que encontrara, y primero y el único que encontró fue al mismo Arturo. En las penumbras, sólo, matizadas apenas las penumbras gracias a esos vitrales que tienen la manía de refractar la luz pero que tienen también la virtud de dar colorcito al alma, justo cuando “el corazón de las tinieblas” hace latir más a fuerza que de ganas el corazón arrugado de nacimiento.

Esto sí vale la pena recapitularlo, para refrendar además cómo las casualidades son tan de veras maníacas y tan determinantes, que más vale no tener plan de vida.

Ni modo que llegue no a Barcelona a tener depresiones. Ni modo que uno se estacione en un templo gótico, menos cuando se piensa que Dios es un señor con demasiadas ocupaciones para atender quejas o recibir pergaminos de agradecimiento -según el estadio del alma del quejumbroso o del agradecido-.El hecho es que ahí, enmedio de la penumbra apenas coloreada y en la nave sola del templo, a Arturo le llegó el calorcito de una amistad nueva, en forma de monaguillo… de Aguascalientes.

Es para creer en Dios.

A partir de ese momento Arturo agradeció, claro, que el acólito le sacara plática y que le ofreciera la amistad, pero más agradeció, la verdad, la invitación a comer.

O no lo dijo Arturo o La Aldaba no lo preguntó y, por eso, en este momento La Aldaba va a enriquecer su gustada sección “Inventa, que algo queda”.

El hallazgo de una amistad y la sopita de fideo que marcó el primer tiempo del menú, no serían ajenos al tema de la película de la que Arturo dará el primer “claquetazo” en agosto, con tripulaciones técnicas y con actores “de ambos lados del Atlántico” (como dicen los cronistas cursis).

Es que Arturo llegó a Barcelona, desde León. No llegó desde África, como llegan por riadas los africanos del norte a las costas españolas, huyendo de la miseria del Magreb. Y Arturo llegó como Dios manda, en avión, no en patera (como son generosamente llamadas esas digamos balsas, que depositan a los negros del África profunda en manos de los agentes españoles de Inmigración, si bien les va; o en el seno del Señor, o en el submundo de sus lares tribales).

El hecho es que Arturo se impregnó de lo que llama “filosofía de la patera”: ese tratar de entender dónde está el maldito hilo de la solidaridad humana, que en vez de los agentes aduanales o de la muerte, a veces arroja a los hombres en brazos de la generosidad.

Qué: ¿le sonó a panfleto?

Planteado así en esta Aldaba, como dijo el ranchero, “pue’que”.

Como lo dice Arturo en el guión, no. No, señor.

Ya no hay espacio para matices; quizá mañana. Hay que recordar que la película se llama “La brújula la lleva el muerto”.

A ver si la conseguimos prestada un ratito al muerto, para mostrar que en esa película no habrá final feliz ni folletines inspirados en Corín Tellado.

En un descuido, hasta queda bien explicado aquí.

Gracias por las viejas y nuevas apariciones -aún no, de acólitos auxiliares-. Una promesa: primero muertos sin brújula que perezosos reincidentes. La Aldaba se arrepiente del largo receso y por eso se propone no volver a tomarlo. De periodicidad, luego hablamos.

Entrevista por Luis Diaz (2007)

Arturo García Pons, de Rulfo al huapango

Redacción / JOSÉ LUIS DÍAZ RAMÍREZ

Sometido Tánatos, Eros da rienda suelta a su creatividad en los proyectos cinematográficos del creativo que regresa a León para incorporar al talento local en su primera película: “La brújula la lleva el muerto”.

¿Cuándo y en dónde nace?

El 4 de mayo de 1973, en León. Mis padres son Arturo García Balderas y Teresita Pons. Tengo dos hermanos: Lorena y Mauricio.

¿Cómo fue su niñez?

De pequeño era muy introvertido. En la secundaria y en la preparatoria, la cosa cambió. Estuve en el Lux y un año en La Salle. Estudié Ingeniería Industrial durante dos años en la Ibero, cambié a Comunicación y, al terminar, hice un diplomado en Multimedia y me fui a estudiar Dirección de Cine a Barcelona, donde me quedé a trabajar.

¿Por qué Comunicación?

Al principio no lo entendía muy bien. Me comencé a interesar por cuestiones expresivas, por la literatura, descubriendo a escritores latinoamericanos, como Cortázar, Rulfo, Ibargüengoitia. Luego el videoarte, el cine… Fui descubriendo poco a poco las cosas. La música… Estuve en dos grupos; el primero se llamaba “Una elegía”, con estudiantes de la Escuela de Música de Guanajuato, donde participaba Edgar Barroso; en Barcelona, con el grupo “Casual”, pero exige mucho tiempo y yo quería dedicarme a la realización de cine.

¿Qué música tocaba?

Siempre toqué percusiones y me gustó la música de muchos tipos, siempre que fuera de orden personal. “Una elegía”, por ejemplo, era una especie de pop etéreo, un “dream pop”, un pop que te da para soñar; “Casual” era más “heavymetalero”, que también tiene una catarsis.

¿Qué es para usted la música?

Es un buen amigo, porque te acompaña todo el tiempo. Trabajo con música a mi lado, menos cuando dirijo. Salir a la calle implica llevarte al amigo, a un amigo muy moldeable, porque sales con Wagner, con Metallica o con quien tú quieras… Puedes escoger que tu amigo esté de un carácter y de no otro.

¿Es de la generación del iPod?

No me considero tal. Soy más de la generación del “walkman”, de la cinta. En video soy también el de la cinta. Lo bueno de mi generación es que sufrimos esta transición y entendimos un proceso más amplio, no sólo informático, sino de procesos magnéticos, lo que nos permitió controlar, manipular esos medios. La computadora es un medio que, combinada con otras herramientas, te permite conseguir más cosas.

¿Tiene alguna influencia en la literatura?

Sí, Rulfo e Ibargüengoitia; mi trabajo se basa en ambientes rulfianos con una narrativa más a lo Ibargüengoitia. Es una mezcla curiosa, porque Rulfo es más bien sobrio, denso, e Ibargüengoitia es más lúdico, utiliza más la comedia, el contrapunto… pero me gustan los dos y en mi trabajo intento fusionar esas dos influencias. Cortázar está ahí, pero lo tomo más como un descanso… Ítalo Calvino… Soy de lecturas “light”.

En la música ¿alguna influencia?

Es cambiante. Ahora estoy inclinado a escuchar huapangos, que encuentro fascinantes por todas sus disonancias tan expresivas; el huapango penetra mucho más que el mariachi, sus violines se meten hasta adentro. La música popular mexicana me está llamando mucho la atención últimamente… aunque como mi esposa es escenógrafa y vestuarista de teatro y ópera, cuando estoy con ella escuchamos ópera constantemente. Entonces estoy entre la música popular mexicana, la ópera clásica y la contemporánea. Todos los días, desde hace 10 años, escucho alguna canción de un grupo de rock progresivo, pesado, que se llama Tool que me ayuda a tener un carácter más apacible. Tool se come a Tánatos, de alguna manera, y me siento más Eros, más aliviando, más tranquilo, y eso me evita muchas discusiones.

¿Cómo maneja a Tánatos?

Busco medios para sacarlo. Mi trabajo no es agresivo, no hablo tanto de la violencia explícita. Siento que la violencia no explícita puede ser más fuerte que la explícita… la batería, el escuchar música, salir a andar en patineta, son mis medios de salir. Vivir en ciudades grandes implica convivir no con la violencia, pero sí con cierta agresividad. Prefiero intelectualizar la agresividad…

A Tánatos lo asimilo a partir de estas cosas y sale Eros, que es más creativo, más sensible. Es un ejercicio reflexivo que hago todos los días; mi propio acto de contrición: darte cuenta de tus errores y ser consciente de ellos te crea un sano juicio y, a partir de él, puedes trabajar mejor, llevarte mejor con la gente, tener menos discusiones… Te liberas de tus cargas. Es un ejercicio de reflexión libre, sin misticismos, sin prejuicios, y nos ha hecho más tolerantes también con gente de todas las religiones.

¿Cómo conoce a Ana y cómo se casa con ella?

En Barcelona; catalana, la conozco cuando empiezo a conocer gente. Con la escuela terminaba la visa de estudio y no podía seguir ahí ni conseguir visa de trabajo, por lo que decidimos casarnos por los papeles después de vivir dos años juntos; ahora tenemos dos años de casados y ahí vamos.

¿Es su musa?

No, es mi ‘espejo’. Ella no me inspira pero son mis pies en la tierra. Finalmente la dimensión de lo que creo, intento expresar o demás, es más amplio de lo que una persona pueda representar. Es muy objetiva. No sé si tenga que ver con su ateísmo, pero es muy juiciosa, tiene un juicio sin prejuicios, sin pelos en la lengua. Y esto, finalmente, da paso a la comprensión: cuando entiendes a alguien con todo y sus errores y te acepta, se da una comprensión real.

¿Cómo llega al cine?

Cuando entré a estudiar Comunicación, comencé a trabajar como conductor en un programa de televisión, por lo que realicé ciertas prácticas, sin llegar a ser productor ni realizador; aprendí el doble o el triple en la práctica, que en la escuela.

Mientras estuve en la tele, hice muchos otros trabajos, más espontáneos y efímeros, como la radio; estuve en todos los medios posibles y me faltaba el cine. Antes de ir a Barcelona estuve muy ‘clavado’ en nuevas tecnologías, multimedia más que nada, y ahí entendí un lenguaje diferente, a partir de códigos; fue como aprender otro idioma, que me permitió ver el mundo de una forma diferente.

En Barcelona fui barman tres años, durante los cuales valoré más el otro trabajo que podía hacer, pero me dio la oportunidad de ver y observar, además de pagarme la escuela.

En el cine empecé desde abajo: de eléctrico, auxiliar de producción, velador, hasta llegar a ayudante de dirección en largometrajes.

En la última película “My way”, hay trabajo mío, pues me encargaron algunas partes oníricas del personaje: mucho trabajo de composición visual, muy multimedia, muy ‘photoshop’, ‘after effects’, recortes, flash, 3D y demás, lo que se llama CGI, las imágenes hechas desde la computadora.

También soy profesor de guión y de análisis fílmico, en el “Aula de escritores”, donde enseño el lenguaje del guión y el análisis fílmico, donde desglosamos películas.

¿Cómo llega un leonés a Barcelona a abrirse espacio, a dirigir cine?

De repente sentí que León me quedaba chico y quise ver qué tan lejos podía llegar. Decidí mudarme a la ciudad que conocía y que más me gustaba –Barcelona- para encontrarme, para buscar un objetivo grande, en un proceso largo, y fue “en caliente”. Cuando supe mi fecha de titulación de la Licenciatura, compré el boleto para una semana después y me fui, así, en caliente, sin pensarlo mucho. Fue arriesgarme, ir a buscar y a encontrar. Ese fue el proceso.

¿Ya se encontró?

Trabajo en el punto final; aprendí a ubicar, a trabajar y a ser constante para alcanzar algo. Esto lo hablo con mi otro ‘espejo’, Edgar Barroso, quien es como mi hermano en esta experiencia. Vamos juntos de alguna manera, sin quererlo y sin ponernos de acuerdo; pero nos vemos por los diferentes caminos. Si quieres ser algo, trabajas para serlo.

Tiene otro paisano con el que realiza proyectos…

Juan Pablo Oviedo es mi mano derecha en este proyecto. Fue un descubrimiento estando allá y es la persona más dinámica que he conocido; no se detiene ante nada y tiene la misma pasión que yo por el cine.

Platíquenos de su proyecto…

Es un largometraje, mi primera película, que tiene ya en producción algunas complicaciones, como el hecho de que se tiene que rodar en México por los paisajes, por los actores, por las condiciones, su espíritu y su filosofía.

La película se ha convertido en un proyecto muy íntimo, con 30 personas trabajando. Ha sido muy curioso: el sonidista es hijo de un amigo mío y su madre es la sicóloga de mi familia en Monterrey; todos estamos tocados por muchas partes. Lorelay Ortiz, leonesa, es mi directora de arte y es o fue esposa de un amigo mío; a dos de los actores los conocí a través de Annita, mi esposa: Francesca Guillén y José Ángel Bichir.

Hay diez protagonistas: Luisa Huertas, Francesca Guillén, José Ángel Bichir, Sergio Galindo, Bertha González, Eduardo Nava, Jorge Núñez y queremos que los extras sean actores que estén trabajando en León.

¿Ya tiene nombre?

Ven el segundo nombre: “La brújula la lleva el muerto”. Es muy rulfiano y muy Ibargüengoitia. Rulfo ponía nombre a sus cuentos a partir de las primeras frases y yo se lo pongo a partir de la última frase de la película. Es una obviedad y eso no tiene nada de malo; la película es algo irreverente, una comedia negra seria, influenciada por el cine de Europa del este, de la comedia finlandesa…

¿Cuál es su influencia en el cine?

Desde (David Wark) Griffith, (George) Meliés, (Thomas Alva) Edison… La primera película que realmente existió fue “El baile de la mariposa de Allison”, de Edison, que no tenía mucho en lenguaje, pero sí en espíritu, y eso es lo importante en el cine. Ahí están (Roberto) Rosellini, quien empezó a hacer cine con mucho espíritu; “Alemania año cero” o “Roma città aperta”, tenían un gran espíritu atrás… Abbas Kiarostami, Manuel de Oliveira, tenían un gran espíritu detrás… (Herbert George) Wells, (Alfred) Hitchcock, (Carl Theodor) Dryer, (Stanley) Kubrick, tenían mucho manejo del lenguaje, pero para mí el espíritu les da un valor añadido.

“Las tortugas pueden volar”, de (Bhaman) Ghobadi; “El violín” (de Francisco Vargas Quevedo)… tienen que ver con ese espíritu.

Y no me refiero a una espiritualidad teológica, sino al espíritu humano, que nos hace emigrar, cruzar desiertos caminando. Ese es el espíritu que se puede llevar al cine y a cualquier otro trabajo.

¿Cuál es su propuesta como cineasta?

Prefiero no pensar en algo como una propuesta novedosa. Quiero hacer una película personal, sin analizar el mercado; me interesa que la película sea yo, quiero hacer un cine personal, pero eso no quiere decir que esté divorciado de lo comercial.

Son como las películas de los hermanos (Ethan y Joel) Coen, que son cine de autor, como “Big Fish”, que en las primeras escenas ya sabes que es Tim Burton; o Terry (Vance) Gilliam, con “12 monos”. No están divorciados los dos términos. La discriminación que se hace del cine de arte no tiene fundamento, aunque hay gente que hace cine de arte incomprensible, pero también quien lo hace y se entiende perfectamente.

¿Cuál es su impresión del éxito del cine mexicano en Europa?

Son esfuerzos individuales. Estos cineastas que están triunfando fuera, menos Francisco Vargas Quevedo, han tenido que pisar el extranjero. No me parece mal, porque a partir de un esfuerzo individual o semicolectivo, han logrado destacar a través del cine personal.

¿Hay apoyo en México para los cineastas jóvenes?

Sí y no. Hay nuevas leyes que permiten obtener apoyo en el financiamiento, pero falta la comercialización, distribución… y eso en México todavía no se trata.

Falta también hacer cine en México que hable de México realmente. “El Violín” es una apuesta acertada en ese sentido y por eso le está yendo bien: es el otro México, el que muchos mexicanos no quieren ver; todos quieren ver el México de Guillermo del Toro, que tampoco es México. ¿Dónde está el cine mexicano hecho por mexicanos, que hable de México?

Ahora hay que ver cómo nos portamos los que estamos haciendo proyectos. Hay quienes hacen propuestas de acuerdo al mercado y otros a quienes el mercado va a venir a decirnos lo que tenga que decir.

¿Cómo visualiza su trabajo con leoneses?

Pensaba regresar a León en siete años, siendo otro. Me dije que iba a regresar con la frente en alto, con cierto orgullo de mí mismo, porque finalmente aquí viví 27 años de mi vida. Estoy haciendo con León una especie de Amarcord, de (Federico)Fellini, que regresó a su pueblo natal a filmarla… y de repente me encuentro con gente valiosa aquí, con la que puedo contar, como Juan Pablo Oviedo, Mauricio Gutiérrez, iniciativas de apoyo de empresarios, Katia Nilo, Edgar, Roberto Ortiz… en fin, muchos leoneses implicados. Estamos tratando no de que sea un trabajo leonés tal cual, pero sí con la gente con la que crecí, que tiene facultades para hacer este tipo de cosas sin habérselo planteado, y que por cuestiones de la vida nos une ahora este proyecto.

Es parte de la magia del cine que hace que las películas se hagan y que no tiene nada que ver con el dinero, sino con el espíritu.

Pero también es cierto que León no puede evolucionar si no vienen cosas de fuera, no se puede nutrir de sí mismo. Estamos buscando más apoyo de gente de León, en cuestiones específicas.

Y por supuesto ya hay planes para hacer proyectos. Hay historias interesantes, personales, a partir de una visión que puedan tener, por ejemplo, los muchachos de “La Búsqueda”, con Marcos Reyna, viendo la parte positiva, no la tragedia. Me interesa hacer un trabajo más humano con los niños, quienes son capaces de sonreír a pesar de todo. Que sea un cine de conciencia…

viernes, mayo 22, 2009

Teoría del Caos 18 x 2=16




Me acuerdo, que hace casi 18 años, en una de las despedidas de la prepa, de esas que van los morritos de primero de primaria llevando una rosa y se la cambian a los de sexto de prepa por una velita.


Momentazo de lagrimita a lo Remi (¿porqué mataron a Corazón Alegre?!!!!!





Guionistas sádicos desalmados). Creo que hubo una misa, porque con cualquier pretexto te colaban una misa o te ponían la película de la “Misión”, de la cual me quedo con las secuencias de De Niro arrastrando la armadura en las cataratas, lo demás se los regalo, incluso la música de Morricone. Total, después de el acto sacramental, o mientras, creo que en medio del sermón, el padrecito, que si no me acuerdo mal fue Chrisian Jean (Cinéfilazo, maestrazo) nos dejó agarrar el micrófono y hablar ante todos los compañeros. Y pa luego ahí va el Chango de volada, ya ven que para esas ondas nunca me rajo. Total me trepé y enuncié un emotivo discurso, improvisado y lleno de tonterías como siempre, pero muy bonito.

Me acuerdo que entre todo el viaje que dije, compartí en voz alta que me imaginaba en 15 o 20 años a mis compañeros como hombres con suerte, capaces, vamos que todos iban a ser chidos. Dije que imaginaba al Juanelo González como un gran empresario, y mírenlo, ahí está, bien prendido con su fábrica. Dije a varios más, pero me acuerdo perfecto de él y de Omar Plascencia. Dije, de carrilla pero en serio, que lo veía siendo un político. Y zaz!. Me esta diciendo el mismísimo Lalo la Loca García, que este bato ya es diputado. Y aparte se casa en mayo. Pobre wey. Yo lo decía de carrilla, pero sabiendo que podría pasar. Me lleva la chin…. Ahí está el pinche Chango de hablador. Lo siento Omar, neta que no quería crear tal maldición, no era para nada mi intención hijin, de verdad.


¿Y yo?. Yo no me imaginé a mi mismo. Me cuesta muchísimo visualizarme a largo metraje, digo, a largo plazo. A Annita lo contrario. Pero ese es un tema que no quiero tocar, más que nada por las repercusiones negativas en la vida marital. Nina!!!!!

¿De qué estaba hablando? Ah si, de la Teoría del Caos. Pero antes de que se me olvide un mensaje para Omar: Si si vas a ser diputado pórtate bien he wey, acuérdate que yo tengo parte de culpa y luego me voy a sentir fatal. Ahí te encargo.

Pues sí, la famosa Teoría del caos, aquella que les platicaba el año pasado y que anda por allá abajo en el blog. Denle al scroll y la verán, con fotitos y toda la onda. Como ésta pero igual y sin tantas faltas de ortografía. El problema el año pasado entre las neuronas de mi hemisferio izquierdo y el derecho era el diseño del PROSOPLANDEFCO (“Proyecto sólido de planeación y definición corporal”, se acuerdan?)

, que al final le pusieron simplemente “Vamos Chango”. Y gracias al sofisticado sistema de control del caos( San Judas Tadeo)

toda la preocupación que traían mis neuronas y mis células con el pesado lastre del pasado desapareció, o más bien se transformó. Mendiga primera ley de Newton, que por si no se acuerdan dice: “La materia y la energía no se crean ni se destruyen, sólo se transforman”. Y de eso precisamente se trata la teoría del caos, de a dónde va a parar toda la energía que usamos.


Ahora bien, si decía que el pasado era el problema del año pasado agárrense, que el de este año y que trae a las neuronas como locas es el futuro. ¡El futuro! Que todavía ni pasa. Y neta que nunca me había pasado. Siempre había sido un existencialista declarado. Así nací. Viviendo al día siempre, incluso en la despedida de las rosas y las velitas pensé en el futuro de los demás pero no en el mío.

El año pasado tenía la cabeza más o menos organizada. Las neuronas del lado derecho y las del izquierdo gobernaban un estado corporal más o menos estable, más o menos. Mi cuerpo funcionaba como cualquier república bananera latinoamericana, mis neuronas de la derecha siempre con miedo de que el cuerpo se desfasara y preocupadas por la estabilidad económica, y las de la izquierda buscando trabajo y diciendo que si a todo lo que se pusiera en frente sin tener en cuenta las consecuencias, con una visión siempre optimista de las cosas que todo mundo sabemos que van de la chingada, de izquierda vamos. Pero en estos últimos 12 meses las cosas han cambiado mucho. Poco a poco, neuronas de uno y de otro lado del cerebro se fueron independizando de las ideologías naturales de sus respectivos hemisferios, se convirtieron en neuronas preocupadas únicamente en el trabajo, en el amplio sentido de la palabra. Lo único que les importa es el trabajo en sí. Se hacen llamar las neuronas LABORISTAS (la UNL, Unión Neuronal Laborista). 16 horas de jornada diaria, la mitad con contrato, seguridad social, cotización en el paro y demás sirviendo cafés cortados descafeinados de máquina con la leche natural de soya y 2 sacarinas a los del psiquiátrico de la calle Providencia, y crajillos de magno con hielo al lituano que después de 7 años viviendo en Barna sigue creyendo que el humor lituano es universal, y eso que ya no van el Toni y la Pepi, que se tomaban entre los dos 5 gintonics de de tónica no tenían ni la To(osea las 2 primeras letras) pero que me permite practicar mi dominio de los idiomas (me encanta contestarle “denanquiu” a los ingleses cuando me dan las gracias, o atender a los japoneses en su idioma, porque ahí donde me ven descubrí que con 7 frases en japonés puedes atenderlos con fluidez, sin problemas y ganarte hasta 3 euritos de propina.


Las otras 8 horas trabajo de free lance, facturando a nombre de la empresa en cuestión pero haciendo sólo cosas que me gustan hacer, que son básicamente videos que nadie va a ver después pero que de repente algún loco me los compra, el último en caer fue Pau Donés, de Jarabe de Palo.




El video mío que más visitas tenía en youtube me lo quitaron por considerarlo de contenido sexual y violento, y eso que era una animación, y el de la batería no llega ni a mil visitas. O sea que ni siquiera los de los programas de televisión donde pasan videos yutuberos chorras se han preocupado por verlo. Y ni que decir del video de mi tío egipcio, el que encontré en un documental que estaba editando el año pasado, que resultó ser hermano gemelo de mi padre. Ese ni siquiera mis primos lo han visto ni pa ver a su tío nuevo, me imagino que con la cara de mi papá ya se dan una idea, porque como decía son gemelos.



Pero no hay tos(la palabra que ahora no puede ser ni pronunciada por un mexicano, y eso que solo tiene tres letras.). Lo que quiero decir es que no tengo problema. Sin vacaciones por supuesto.

El número de neuronas de los hemisferios derecho e izquierdo que siguen con las mismas tendencias ideológicas y que no se convirtieron al laborismo siguen en activo, pero la mayoría absoluta en el cerebro lo tiene la nueva tendencia laborista. Mi cuerpo es ahora un estado socialista obrero que funciona a la perfección. Trabajo más que una tienda de chinos, pago mis impuestos y genero contenidos “culturales”, y todo lo entrego a tiempo, menos los capuchinos. Soy la utopía de Rodríguez Zapatero, y aparte no tengo hipotecas.

El problema de trabajar tanto es el futuro. Que en realidad no me preocupa lo que vaya a pasarme dentro de unos meses o unos años. Lo que me preocupa es cuando voy a dejar de trabajar. Aunque sea para unas vacacioncitas y rascarme la panza. Pero el problema es que ya se me olvidó rascarme la panza. Lo único que me rasco es la cabeza. Esto en parte también porque hace un par de semanas nos cortaron el gas porque la instalación es demasiado antigua y ya no hay ni repuestos, tons nos vamos a hacer toda la instalación nueva pero eléctrica, pero para esto se necesita un lampista(fontanero multifacético), que eso en el diccionario que me encontré en Internet dice que significa: “Persona que se dedica a poner o reparar las instalaciones de electricidad, de gas o de agua”. http://es.thefreedictionary.com/lampista . Persona, si, leyeron bien, en ningún momento menciona la frase “Profesional que se dedica…”. Total que no voy a hablar del lampista porque hasta eso el wey es buena onda, aunque no deje de ser un lampista (es como si me pidieran 200 capuchinos de golpe pero él en versión tuberías). Las neuronas del lado derecho están fascinadas con las medidas que se tuvieron que utilizar para la salud e higiene de mi pequeña masa corporal de 1.60 mts: “Duchas de agua fría a cantarazos”. Las neuronas del hemisferio derecho dicen que eso “Ayudará a la circulación y a tonificar los músculos”. Su puta madre. Las neuronas de la izquierda al principio se lo creyeron, y hasta pensaron que iba a ir bien la medida del agua fría y hasta apoyaron la noción. Pero cuando comenzó la comezón en la cabeza se rajaron y ahora casi que ni se hablan las neuronas de un lado y del otro, diciendo básicamente que para qué carajos quiero tonificar si peso 57 kilos y lo de ayudar a la circulación no vale pa ná porque tengo baja la presión. Las que siguen en joda son las laboristas, esas nunca paran, incluso les importa un pepino si la pequeña masa corporal de 1.60 mts se baña o no. Annita como quiera va al gimnasio, osea que lo de la tonificación conjuntamente con el par de gintonics que se toma los viernes, agarrará una tónica muscular a todo dar.

Ni siquiera he podido ir a patinar. Las neuronas de la derecha incluso han pensado crear una normativa de ley que prohíba de una vez por todas lo que ellos consideran un vandalismo y un acto de rebeldía juvenil tardía de mi pequeña masa corporal de 1.60 mts, un delincuentito. Mientras que para los de la izquierda es simplemente un medio de transporte ecológico y que ayuda a hacer ejercicio y a desarrollar los reflejos entre otras cosas. Los laboristas ni se inmutan, les importa menos que el embargo de Cuba a los gringos. Pero los de la izquierda que quedan, nada tontos, se inventaron que porqué no hacer mi propio video sobre el skate. Pero no el programa piloto que estamos montando con Morrosko, Pablo y Juan, sino algo personal, con mi estilo pues, de ese que nadie ve en el youtube porque ni se entiende que lo que estoy tocando no es una batería que después borré con el photoshop, eso hubiera sido una locura,



o que el egipcio es el hermano de mi padre (como en el programa ese de Talina Fernandez o el Diario de Patricia que es la versión española de los reencuentros familiares televisados) y que lo encontré… y ni que decir de los que he hago a Edgarín, que esos no los entiende ni el mismísimo Helmut Lachenmann.

Total que ya estoy en eso, espero acabarlo para antes de que la Annita y yo nos vayamos a México, o antes de que mi pequeña masa corporal de 1.60 mts convoque a una huelga general.


Si estoy jodiendo tanto con lo del 1.60 mts es porque sólo a mi me pasa que de medir 1.63 ahora resulta que ya me descontaron 3 centímetros de quien sabe dónde. Sospecho que las hormonas de la derecha los ocuparon para algo que nadie sabe ni sabrá, incluso puede ser que colaron la fuga de estatura con algún pretexto que toda la masa corporal se tragó enterita. Las neuronas de la izquierda están muy preocupadas y ahora se les ha metido en el núcleo (que es la cabeza de las neuronas) que me tengo que comprar una tabla para el skate nueva pero más pequeña, aunque a mi desde hace 18 años me acomodan las tablas grandes y anchas, sin albur mi queridísimo Carlos María. A las Laboristas no les importa, pa variar, y eso que fue su culpa. Porque en el bar me propusieron un examen físico general y las neuronas de la izquierda fueron las que contestaron más rápido, y como no saben decir que NO, ahí voy toda una mañana a que me sacaran análisis de casi todo tipo, me faltaron unas que con la simple mención de haber tenido hemorroides fue suspendida ipsofacto. De todo salí bien, menos de la estatura. Yo llegue esa mañana fría de enero, en ayunas, sin ni siquiera haberme tomado los 2 cafés de rigor, en metro pa no agarrar la bici no fuera que me desmayara en la subida de Escorial y sin fumar pero sobre todo con un pinche frío de la chingada. Llegué ahí con muchas certezas, una es la del pasado de mi colon, la del presente de mis riñones y el futuro de mi alopecia. Pero nunca pensé que fuera a llegar a descubrir un decrecimiento general. Me agarró por sorpresa, no lo vi venir por ningún lado, desde hace 18 años que no crecía, pero nunca pensé que me haría todavía más pequeñajo. Y pensé “esto es culpa de los otro 18 años”, al principio ni yo mismo me entendí cuando pensé esto, de hecho sigo sin entenderlo del todo, pero básicamente es porque es una explicación que salió de las neuronas del hemisferio derecho. Echándole la culpa a cualquier cosa, venga!!!. Lo primero que se les ocurrió, pero claro, como este año cumplí 36 años, que son 2 veces 18, ahí estuvo la justificación perfecta.

Lo peor de todo es que me di cuenta de que cumplí 18 años otra vez, pero en sentido figurado y aritméticamente. Y no se pueden las dos cosas a la vez. Si no fuera por mis nuevas neuronas Laboristas, mis hemisferios no se comunicarían. Así que decidí vivir todo este año intensamente. Por eso me voy a ir a practicar el deporte de riesgo más peligroso del mundo: voy a México.

lunes, abril 27, 2009

Apocalipsis

Con esta, ya son 6 veces en las que el mundo se va a acabar en los últimos 8 años. Talibanes, armas de destrucción masiva, la gripe aviar, el Papa negro, la crisis económica y ahora la Influenza. Lo que pasa es que en realidad no hay presupuesto para un apocalípsis como Dios manda, con dragones y ángeles tocando las trompetas.

domingo, abril 26, 2009

Horozcopo

Nací en 1973. Según el horozcopo chino soy búfalo, pero segun mis amigos soy más bien buey.

sábado, abril 25, 2009

Cosas

Tarde o temprano, alguna cosa nos tendrá que matar.

martes, abril 21, 2009

Dificultad

Hacerlo es muy fácil. Lo realmente complicado es pensarlo.

lunes, abril 20, 2009

Uno mismo

Al final, uno mismo es uno mismo, y los demás sólo estan al rededor.

domingo, abril 19, 2009

sábado, abril 18, 2009

Cultura Universal

"Ella te ama, si, si si. Ella te ama si, siii, siii, siiiiiiii."
Por más vueltas que le doy no encuentro el mensaje que hizo que la letra de esta canción cambiara la historia de la cultura universal tan radicalmente. Soy muy básico.Que me perdonen Lennon, McCartney y los otros dos. Y de paso, que les den.

Camino

Piensa que el camino es una línea infinita, si, sin fin, que nunca acaba. Cuando llegues, sientate y espera tranquilamente a los que pensaron que sabían exactamente la distancia que tenian que recorrer.

miércoles, abril 15, 2009

Intento

Para morir en el intento hay que intentarlo hasta morir.

Idioma

El cine es un idioma que se habla en todo el mundo. El inglés no.

domingo, enero 04, 2009