jueves, enero 29, 2015

Eternidad

Hoy te vi acostada, con el cuerpo cansado, pidiendo un descanso permanente. Pero tus piernas, tus pulmones, tu cabecita blanca y tu corazón te conocen desde hace 100 años y saben que aún estás aquí. Que tienes un espíritu que los hace seguir vivos. El cochecito.

Vi como estiraste el brazo con una fuerza contundente y tu mano se aferró en ese momento a la eternidad.

En ese momento, adentro de tu casa, sopló el viento y me dijo cada palabra, me contó cada historia, cada chiste, me mencionó cada recuerdo que en algún momento salió de tu boca en todo este siglo.

Tus ojitos cerrados me miraban tierna y fijamente, como siempre. Porque sabías que eso que ahora tenías en las manos era para mi. Y que yo lo voy a guardar para siempre.

Porque la eternidad es sólo un momento que se vive todos los días.
Hasta pronto Mami Chelo.

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