sábado, agosto 12, 2006

En una tarde nublada

En una tarde nublada, con un trafico de la fregada en medio del periférico volteando al cielo y admirando su color, lo único que queda es soñar como poder salir de ese lugar lleno de carros, y sonidos molestos.

Tutu va manejando y puso otra vez a The Cure, le encanta y cuando se aferra no hay nada por hacer, porque el que maneja escoge la música y decide si el aire acondicionado se prende o no, y hoy ha decidido el wey que el aire se prende a nivel 4 aún cuando el coche es convertible. De cualquier manera a mi el aire acondicionado me marea. Apago mi cigarro, volteo a ver a la persona del coche de a un lado y la noto desesperada, es una mujer, de quizá unos 23 años, pelo negro y unos ojos de una profundidad que ni al Titanic. Ella también voltea y aunque le quiero coquetear parece que le interesa más Tutu(con esa facha de hurón interesante que tiene). Yo en medio y ella se da cuenta de que Tutu lo único que quiere es seguir escuchando a Robert Smith mientras golpea el volante simulando una batería. Porque extrañamente Tutu nunca ha visto una batería pero domina perfectamente el Djembe y algunas otras percusiones. Al percatarse de lo huraño del hurón, voltea y me ve pero como yo la estoy viendo se chivea y vuelve su mirada hacia adelante, como si tuviera que estar atenta aun cuando el auto no avanza. Yo trate de sonreír pero no alcance a que me viera así que sigo con la sonrisa en la boca por un tiempo más. Para cuando decido que la sonrisa es inútil y recobro mi gesto normal, ella vuelve a voltear y otra vez no alcanzo a reaccionar porque en realidad no parece tener interés en mi. El aire acondicionado me da en la cara y como ya había dicho eso me marea, pero tengo un calor insoportable de la cintura para abajo. Nunca me ha gustado usar pantalón de mezclilla, pero por cuestiones de trabajo es necesario. asi que aprovechando un poco el nivel 4 del aire acondicionado que a Tutu le pega en la cara y hace que las orejas revoloteen como el pelo del Renegado en su Harley Davidson, decido entonces voltearme de cabeza para que el aire me pegue abajito de la cintura, pero la mezclilla no deja pasar nada, así que regreso a mi postura original y la vecina me mira ahora fijamente con los ojos bien abiertos, y vuelvo a sonreír pero ella tarda en reaccionar. Tutu saca un sanwich de croquetas que se preparo desde la mañana. La vecina automotriz sube el aire y le pega en el pelo y en el pecho, una ligera brisa artificial que empieza a hacer ese erótico juego con el espacio que hay entre la blusa de la vecina y sus senos mientras saca un sable de la guantera y parte una naranja. Tutu voltea y me dice "deténme tantito el sanwich", mete reversa y regresamos a la oficina porque ya son las 4 y hay que volver.


a Tutu(que en paz descanse)

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